Hablemos de los sueños

Todas las noches soñamos aproximadamente 5 sueños por noche.
Pero bajo condiciones normales, solo recordamos los dos últimos que corresponden a un momento cercano a la hora de despertar.
No todos los recordamos porque eso depende de los hábitos del sueño, del estrés, del momento de la vida, entre tantos otros factores.
Pero lo cierto es que soñamos.
Es necesario porque es un proceso de reacomodo, de orden para la mente.
Es como el cleaner del celular, ayuda a “borrar” la información que no sirve o no es útil o a “resolver” temas que vienen de tus fantasías catastróficas.
Los sueños pueden ser:
Sueños típicos: son aquellos cuyas temáticas son comunes entre gran parte de las personas que recuerdan sus sueños. Como ejemplo cito a los sueños de vuelo, de caída, de pelea, desnudez.
Sueños ordinarios; sueño que representa la cotidianidad de acciones, pensamientos, estados emocionales del soñante.
Sueños recurrentes; aquellos que se repiten aunque el escenario y los personajes sean distintos, la trama es la misma.
Sueños de confirmación; son aquellos que están en sintonía y reflejan claramente una nueva decisión tomada en nuestra vida.
Sueños prospectivos; Indican una posible tendencia evolutiva sobre actitudes, conductas y proyecciones que se están haciendo en el mundo de vigilia.
Sueños premonitorio/proféticos; aquellos sueños que nos muestran información o pronostican el futuro, o dicho de otro modo, que nos acercan a vivir experiencias que aún no han sucedido o recibimos indicaciones a modo de consejo para el futuro. Se diferencian de los prospectivos al no atender a tendencias evolutivas relativas al mundo de vigilia.
Sueños grandiosos; en los que se reflejan experiencias que nos acercan a estado elevados del ser. Están llenos de simbolismo.
Pesadillas; Sueños con una tremenda carga emocional de ansiedad, miedo y angustia en los que el ego onírico se ve amenazado y corre peligro de muerte.
Sueños lúcidos; Estado de consciencia dentro del sueño en el que se tiene la sensación de estar despierto, la percepción es realmente vívida y se puede actuar voluntaria y conscientemente sobre lo que sucede en el sueño.
A la hora de interpretar el sueño, el psicólogo es sólo un guía para el soñante.
No es otro sino el dueño del sueño el que tiene todas las respuestas sobre los mensajes que su ser interno le envía.
No obstante, podemos dar claridad sobre algunos típicos sueños que son comunes en toda la humanidad a lo largo de la historia.
Dentro de la escuela gestáltica tenemos una forma de tratar al sueño y al soñante para volver a ese momento y recrear la experiencia, con el fin de que el soñante pueda hallar sus propias respuestas.